domingo, 17 de enero de 2010

Operación Entebbe


El otro día vi un documental buenísimo del National Geograpic, sobre el secuestro de un avión por parte de terroristas palestinos y alemanes y su posterior desenlace en un aeropuerto de Uganda.
Como en estas fechas no tengo mucho tiempo voy  a sacar la información directamente de Wikipedia:


Operación Entebbe


Aeropuerto de Entebbe
Secuestro:

El 27 de junio de 1976, el vuelo 139 de Air France, un Airbus A300 que llevaba 244 pasajeros y 12 miembros de la tripulación, despegó de Atenas con destino a París. Poco después del despegue, sobre las 12.30, el vuelo fue secuestrado por cuatro terroristas. De estos terroristas, dos eran miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina y los otros dos de las "Revolutionäre Zellen" Células Revolucionarias. Los secuestradores obligaron a que el avión se desviara hacia Bengasi, Libia. Allí estuvo durante siete horas, durante las cuales se llenaron los depósitos de combustible y se liberó a una prisionera embarazada. El vuelo despegó de nuevo, aterrizando sobre las 03:15 de la madrugada en el Aeropuerto Internacional de Entebbe, en Uganda.
En Entebbe, otros tres terroristas se sumaron a los cuatro secuestradores, todos ellos apoyados por el régimen pro-palestino del presidente Idi Amin. Liderados por Wilfred Böse (y no, como se ha dicho a veces, por Ilich Ramírez Sánchez, alias "Carlos el Chacal"), pidieron la liberación de 40 prisioneros palestinos encarcelados en Israel y de otros 13 repartidos por países como Kenia, Francia, Suiza y Alemania.
Los pasajeros quedaron como rehenes en la entrada de la vieja terminal. Los secuestradores liberaron posteriormente una gran parte de ellos, manteniendo únicamente a los israelíes y a los judíos, a los cuales amenazaron con asesinar si el gobierno israelí no llevaba a cabo las exigencias de los secuestradores de liberar a los presos palestinos.
Tras conocerse que los terroristas liberarían a la tripulación y a los pasajeros no judíos y les obligarían a embarcarse en otro avión de Air France que había llegado a Entebbe con este propósito, el comandante del vuelo 139, Michel Bacos, advirtió a los secuestradores de que todos los pasajeros, incluidos los que aún no se habían liberado, estaban bajo su responsabilidad y no los dejaría atrás. Toda su tripulación le apoyó en su decisión (lo cual le valió una sanción cuando volvió a Francia, al ser suspendido durante un tiempo). Una monja francesa también se negó a irse, e insistió en ocupar el lugar de uno de los que aún estaban prisioneros. Sin embargo los soldados ugandeses la obligaron a subir al avión que había llegado para llevarse a los prisioneros liberados.




Idi Amin, presidente de Uganda, entre 1971-1979


Preparativos para el rescate:

El gobierno de Israel rechazó negociar con los secuestradores en un primer momento, pero tras sufrir las presiones de familiares y otros gobiernos aceptó un posible acuerdo y consiguieron que el presidente ugandés Idi Amin hablara con los terroristas para aumentar el plazo dado para la liberación de los secuestrados. Pero el estado mayor israelí engañó a todos y en su lugar, decidió preparar una operación militar de rescate para liberar a los que aún estaban prisioneros.
Tras la llegada de los rehenes liberados a París, agentes de inteligencia israelíes y franceses les entrevistaron para recabar información. Francia prestó plena colaboración, pues la tripulación podía correr la misma suerte que los rehenes. La información obtenida fue valiosa: a los cuatro terroristas se les unió un número indeterminado de colaboradores en Uganda, cuyo ejército intervenía en la vigilancia de los 103 rehenes. Estos estaban retenidos en las instalaciones de la vieja terminal del aeródromo. Por otro lado, se habló con oficiales de fuerza aérea israelí que habían entrenado a sus homólogos ugandeses, en los tiempos en que el régimen de Amin estaba en buenas relaciones con Israel. No en vano, la fuerza aérea de Uganda tenía instalaciones en Entebbe. Además, por una afortunada casualidad, empresas israelíes habían participado en la construcción de parte de las instalaciones del aeródromo, lo que permitía el acceso a planos fiables. Con todos los datos, el estado mayor israelí empezó a barajar las distintas opciones: un lanzamiento masivo de paracaidistas, un ataque y desembarco con lanchas provenientes de la orilla de Kenia del lago Victoria y el aterrizaje de aviones en el aeropuerto y su toma posterior. La última fue la opción ganadora, que rescataba un plan inédito de rescate, cuando en 1968 un avión israelí fue secuestrado y trasladado al aeropuerto de Argel. Gracias a la información obtenida se construyó una réplica de las instalaciones del aeropuerto, donde las unidades militares que participarían en la operación realizaron distintos simulacros. Se seleccionó a hombres de las principales unidades de elite israelíes: la Sayeret Matkal, también denominada Unidad 269 de reconocimiento del estado mayor, la principal unidad antiterrorista y de infiltración de las fuerzas armadas hebreas; la Sayeret Golani, fuerza de reconocimiento de infantería de elite, y la Sayeret Tzanhanin, fuerza de reconocimiento paracaidista. El alto mando llegó a la conclusión de que el asalto, rescate y posterior reembarque de los rehenes debía hacerse en menos de 55 minutos.


Infografía de la operación 

Rescate israelí:

Tras varios días recabando información de los rehenes liberados y diseñando un cuidadoso plan, cuatro aviones de transporte C-130 Hercules|Hércules y dos Boeing 707, uno habilitado como hospital, en previsión de importantes bajas, y el otro como centro de comunicaciones.
Volaron de forma secreta desde Israel atravesando todo el Mar Rojo a 30 metros de altura sobre el nivel del mar, para no ser detectados por los radares egipcios, saudíes y los de los buques de guerra soviéticos. Posteriormente, atravesaron el espacio aéreo etíope y la frontera entre Sudán y Kenia, hasta sobrevolar el lago Victoria. El Boeing medicalizado tomo tierra en la capital de la vecina Kenia, aguardando acontecimientos. En total un vuelo de casi cuatro mil kilómetros. y siete horas y media de duración para los Hércules, dos horas menos para los reactores.
A las 23 horas (según horario israelí, ya que era la una de la madrugada según la hora local), aterrizaba en Entebbe el primer Hércules, con el principal equipo de asalto a bordo. Sin que se hubiese detenido, saltaron miembros de la Sayeret Golani para colocar balizas de emergencia, en caso de los ugandeses apagasen las luces de la pista. Pocos metros después, y sin haber parado aún, se abrió el gran portón trasero del avión y descendieron dos Land Rover y un gran Mercedes negro, pertrechado como el coche oficial de un alto cargo ugandés o del propio Amin, enarbolando banderas nacionales. En los tres vehículos se amontonaban 35 hombres de la Sayeret Matkal, comandados por el teniente coronel Yonatan Netanyahu, hermano del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
A toda velocidad, se dirigieron a la torre de control, adyacente a la terminal donde se encontraban los rehenes. Disminuyeron su ritmo cuando dos centinelas ugandeses les dieron el alto al acercarse a las edificaciones. Pese a que los comandos iban uniformados con uniformes de camuflaje del conocido como “lagarto”, de origen francés y usados por los hombres del FPLP, e informes de inteligencia afirmaban que Idi Amin tenía un séquito de guardaespaldas de la organización, los israelíes no quisieron correr riesgos y dispararon a los africanos con armas con silenciador. Ambos fueron abatidos, el primero en el acto, pero sobre la suerte del segundo existen dos versiones: que fue abatido por un comando con un arma sin silenciador, o que el centinela consiguió disparar su arma antes de morir.
Sea como fuere, el elemento sorpresa se había perdido y los israelíes debían actuar con urgencia extrema, ya que peligraba la operación entera. Se dividieron en tres grupos. Uno tomaría la torre y los restantes asaltarían la terminal. Varios terroristas y soldados salieron de esta última, sorprendidos por los disparos, siendo repelidos por los comandos, que abatieron a varios africanos y a dos terroristas. Dentro, otro terrorista empezó a disparar contra los adormilados rehenes, pero los comandos acabaron con él.
Se entabló un breve tiroteo, al tiempo que los israelíes usaban megáfonos para instar a los rehenes en inglés y yiddish a permanecer tendidos. Dos terroristas intentaron confundirse con los rehenes y lanzar granadas contra los soldados, pero fueron muertos sin que llegasen a causar bajas. A los tres minutos de aterrizar, todo había terminado: se había tomado el edificio y abatido a cuatro terroristas y a varios soldados ugandeses, aunque dos rehenes habían sido fatalmente alcanzados.
A las 23.06 aterrizó el segundo aparato, del que descendieron más tropas israelíes y dos TOA M-113 (Transporte Oruga Acorazado). Estos se dirigieron a prestar apoyo al grupo que intentaba tomar la torre, silenciando a las tropas ugandesas y conquistando la instalación.
A las 23.08 hizo lo propio el tercer aparato, del que también desembarcaron tropas y otros dos M-113. Se dirigieron a la zona militar del aeropuerto, donde había estacionados varios aviones de combate de la Fuerza Aérea del Ejército de Uganda. Al abrir fuego con las ametralladoras pesadas Browning M-2 montadas en los blindados, inutilizaron siete MiG-21 y cuatro Mig-17, evitando una posible persecución.
A su vez, efectivos de la Sayeret Golani dispusieron un perímetro de seguridad en torno al aeropuerto, en previsión de los refuerzos que pudiesen llegar de Kampala. Se temía la llegada de los tanques T-54 soviéticos que poseía Uganda.
Con el aeródromo tomado y asegurado en menos de quince minutos, aterrizó el cuarto Hércules junto a la terminal. Salió un contingente de médicos y sanitarios de combate, que evaluaron la situación de heridos y rehenes para su posterior reembarque. Fue un proceso laborioso, teniendo en cuenta las condiciones psicológicas provocadas por el cautiverio y el shock del asalto, además de la oscuridad reinante. No obstante, el avión que evacuó a los rehenes despegó a las 23.52.
El resto de tropas fue reembarcando paulatinamente, cubriendo su retirada con botes de humo y dejando trampas explosivas que detonarían por temporizador. Al filo de las 00.30 despegó el último aparato de la flotilla rumbo a Kenia, donde los heridos fueron tratados en el 707 que les aguardaba o internados en hospitales kenianos. El grueso partió directamente hacia Israel, escoltados por cazas F-15 hebreos.
Más de un centenar de soldados israelíes al mando del General Dan Shomron, incluidos algunos miembros de las fuerzas de élite Sayeret Matkal y posiblemente varios integrantes del Mosad, participaron en la Operación Entebbe, con el apoyo del gobierno keniano, opuesto al régimen de Idi Amin.


Alegria por la llegada de los rehenes

Resultado:

En total fueron abatidos 13 terroristas alemanes y palestinos y 45 soldados ugandeses. Entre el equipo de rescate y la tripulación y pasaje del avión, perecieron un comando, el teniente coronel Netanyahu, y tres rehenes aunque uno de ellos, Dora Bloch, de 75 años de edad, no falleció en el aeropuerto, sino que fue asesinada como represalia por los terroristas en el hospital Mulago de Kampala, en el que había sido ingresada días atrás.



 El coronel Yonatan Netanyahu, héroe de la operación


Otros datos que no aparecen en Wikipedia:


  • Los terroristas eligieron embarcar en Atenas porque habia huelga en el aeropuerto y  no habia nadie en los controles de seguridad.
  • El ministro de defensa israelí Simon Peres engaño a Idi Amin prometiendole que si mediaba de forma exitosa en el secuestro ganaría el Nobel de la Paz, curiosamente Peres ganó el nobel de la paz en 1994.
  •  Simon Peres, actualmente es el presidente de israel y el hermano de Yonatan Netanyahu es el primer ministro Benjamin Netanyahu.
  • Un miembro del ejercito iraelí habia entrenado a el ejercito ugandés, por lo que sabía como actuaban y contribuyo al éxito a la operación.
  •  
     En este enlace esta el documental entero del National Geograpic en español, realmente muy recomendable:








Fotografía tomada al regreso a Israel


Agur Ben-Hur!!

(En respuesta a la observación del papa Pablo VI, que le recriminó que los judíos, siendo un pueblo tan compasivo, sea tan inflexible en su propio país):

«Su Santidad, cuando fuimos compasivos, débiles y apátridas, nos condujeron a las cámaras de gas»


Golda Meir, primera ministra de Israel 1969-1974





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